Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas https://jessewddl442755.gynoblog.com/37441885/por-qué-el-cabezazo-de-zidane-sigue-siendo-noticia