Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un tapiz https://declandiak274588.dreamyblogs.com/38915492/el-mundo-recuerda-el-cabezazo-de-zidane